Cómo interpretar la etiqueta energética de las aspiradoras

Desde el 1 de septiembre de 2014, el reglamento nº665/2013 de la Unión Europea regula la información que los fabricantes deben proporcionar a los consumidores sobre las aspiradoras. La etiqueta energética es una de sus principales aportaciones, ya que sirve para que los compradores puedan comparar mejor.

Qué dice el reglamento energético

Qué establece el reglamento energético a partir del 01/09/2017

A partir del 1 de septiembre de 2017, se cambiarán estos límites:

Qué aspiradoras deben llevar etiqueta energética

No todas las aspiradoras deben llevar etiqueta energética. Quedan fuera de la reglamentación las aspiradoras de seco-húmedo, las alimentadas por baterías (quedan fuera los robots aspiradores y casi todas las aspiradoras escoba, salvo que sean con cable), las de exterior y las aspiradoras industriales.

En definitiva, que se aplica a las aspiradoras en seco que se utilizan para el hogar, enchufadas a la red eléctrica.

En el caso de las aspiradoras con filtro de agua, sí que entran dentro de esta normativa europea sobre diseño ecológico y etiquetado energético a partir de septiembre de 2017.

ACTUALIZACIÓN: El 8 de noviembre de 2018, el Tribunal General de la Unión Europea anuló el Reglamento sobre el etiquetado energético de las aspiradoras, tras una reclamación de Dyson, en el sentido de que las pruebas realizadas para la obtención de la misma no reflejaban el uso real de una aspiradora, al no contemplar mediciones con el depósito lleno.

Aun así, algunos de los aspectos contemplados en el mismo, como la reducción de la potencia nominal de los aparatos para conseguir una mayor eficiencia continúan vigentes, y en muchos aparatos podemos todavía contar con ella a título informativo.

Cómo ha afectado este reglamento a los aspiradores

Quizás puedas pensar que esta bajada de potencia ha reducido también las prestaciones de los aparatos.

Veníamos de aspiradoras que superaban en muchos casos los 2.000 vatios, y ahora el límite está en 1.600, y muy pronto en 900.

Es posible que, inicialmente, cuando se implantó la etiqueta energética, se viera una bajada en las prestaciones. Sin embargo, hoy en día, las aspiradoras modernas aspiran tan bien —o mejor— que aquellas de hace unos años.

La potencia nominal tiene más que ver con el consumo, y los fabricantes han hecho un esfuerzo por diseñar aparatos más eficientes, que consiguen aspirar igual de bien con un menor consumo.

Cómo se lee la etiqueta energética

La etiqueta energética ofrece información sobre seis aspectos clave, estableciendo en cuatro de ellos una clasificación desde la A hasta la G (de mejor a peor).

1. Clase de eficiencia energética

Este apartado está relacionado con la potencia nominal, y, por lo tanto, con el consumo. Va desde la A hasta la G, de un menor a un mayor consumo, tal y como puedes ver en la tabla. A modo de orientación, se ofrece el intervalo de potencia en el que se mueven (lógicamente, dependerá de la eficiencia que consiga el fabricante en cada modelo en concreto).

2. Consumo energético medio anual

Está calculado para una vivienda media de 87 metros cuadrados, con una frecuencia de uso de 50 veces al año (aproximadamente, una a la semana). Nos da una idea de cuánto nos gastaríamos anualmente en la limpieza.

Por ejemplo, para la Hoover Sprint Evo SE51, que ha sido la aspiradora sin bolsa más valorada entre las más vendidas, el coste anual aproximado sería, suponiendo un coste por KWh de 0,13 euros: 28*0,13 = 3,64 euros.

3. Clase de reemisión de polvo

Nos indica lo limpio que devuelve el aire al exterior. Está condicionado por dos aspectos, el tipo de filtro de salida que lleve (si es HEPA o no, y de qué grado), y un correcto sellado del aparato.

Se mide número total de partículas de polvo de entre 0,3 y 10 micras (una micra es una milésima de milímetro) absorbidas por la aspiradora, y el número de partículas emitidas por el aparato.

De ahí, se calcula un porcentaje (cuántas emite en relación a las que absorbe), que determina la clasificación del aparato en este apartado.

Esto depende del polvo que expide la aspiradora por la salida. La reemisión de polvo tiene que ver con el sistema de filtrado que tenga (si es HEPA o no, y de qué grado) y con la estanqueidad de la aspiradora, ya que puede haber otros puntos de fuga por los que se escape el polvo.

Los valores van desde menos de un 0,02% para las aspiradoras cuya clase de reemisión de polvo es la A, hasta cifras superiores al 1% en las de clase G.

4. Nivel de potencia acústica

El nivel de potencia acústica se mide en una alfombra. Indica el nivel sonoro en decibelios (por entendernos, el ruido que hace el aspirador).

Para ser considerado como muy silencioso, debe estar en un nivel de 68 decibelios o inferior.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 75 decibelios es el límite del nivel tolerable de ruido. Esta cifra es sobrepasada a menudo por las aspiradoras, o por las batidoras, por ejemplo.

5. Rendimiento de limpieza en moquetas

Si tu casa tiene moquetas o alfombras, deberás considerar una aspiradora que muestre un buen rendimiento en este campo (entre las clases A y C).

6. Rendimiento de limpieza en suelos duros

 Mide la cantidad de polvo que recoge de una hendidura. Se realiza un ensayo de dos ciclos de limpieza sobre una superficie de tarima de madera, que tiene una hendidura en diagonal, en un ángulo de 45º, llena de polvo artificial.

Al final de cada ciclo, se mide la disminución de polvo en la hendidura.